El terremoto en Costa Rica ha causado graves daños, que incluyen importantes instalaciones nacionales como el sistema de agua potable. Más de 1.3 millones de habitantes de San José dependen de este sistema para su consumo diario de agua. La buena noticia es que el suministro del vital elemento está garantizado, con lo cual se salvan vidas y también incomodidades.
Imagínese esta buena noticia en medio de un desastre –aunque ficcional --como el descrito.
Es más. Si usted es ingeniero como yo, imagínese que el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (o AyA, agencia de agua potable del gobierno) informara que, si bien 15% de su infraestructura sufrió daños considerables por el terremoto, no están comprometidos componentes vitales del sistema como tanque elevados y estaciones de bombeo.
Con lo cual no se suspendería la provisión de agua en la Gran Área Metropolitana de San José de Costa Rica. En realidad este es el tipo de reporte –de prensa o técnico- que yo esperaría encontrar si continúa el proceso de prevención de riesgos de desastre que dicha agencia gubernamental actualmente está desarrollando.